Publicación Científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila                          Editorial Ciencias Médicas
REVISTA MÉDICA ELECTRÓNICA DE
CIEGO DE ÁVILA
2024;30:e3597
ISSN: 1029-3035
RNPS: 1821

Carta al Editor

A propósito de la COVID-19

About COVID-19

Juan Carlos Mirabal-Requena1* https://orcid.org/0000-0002-9159-6887
Belkis Álvarez-Escobar2 https://orcid.org/0000-0002-8701-9075
Yanara Oviedo-Cornelio3 https://orcid.org/0000-0002-7387-3596

1Máster en Medicina Natural y Bioenergética. Especialista de Primer y Segundo Grados en Medicina General Integral. Especialista de Primer Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Profesor Auxiliar. Investigador Auxiliar. Dirección Provincial de Salud de Sancti Spíritus. Sancti Spíritus, Cuba.
2Máster en Longevidad Satisfactoria. Especialista de Primer y Segundo Grados en Medicina General Integral. Profesor Auxiliar. Investigador Agregado. Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Facultad de Medicina “Dr. Faustino Pérez Hernández”. Sancti Spíritus, Cuba.
3Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral y Medicina Interna. Profesor Instructor. Hospital Provincial Universitario “Camilo Cienfuegos”. Sancti Spíritus, Cuba.

*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: juancmirabal@infomed.sld.cu

Recibido: 11/08/2022
Aprobado: 23/04/2023
Publicado: 22/01/2024

Estimado Editor:

Tras la lectura y análisis de editoriales, recientemente publicados en la revista, sobre el tema de la COVID-19 desde diferentes puntos de vistas y temáticas, los autores de la presente carta coinciden con lo abordado en el artículo de Núñez-Gómez: “La vacunación contra el SARS-CoV-2 (COVID-19): un debate entre la salubridad, la política y el comportamiento en salud”, y el de Pardo-Torres: “Nuevos retos y responsabilidades de los profesionales de la salud ante la pandemia de COVID-19”.(1,2)

La pandemia puso a prueba a la comunidad científica de todo el orbe. Demostró que falta mucho por hacer para afirmar que se está preparado para enfrentar epidemias de esta envergadura; los virus se mantienen como protagonistas de las principales pandemias sufridas por la humanidad a lo largo de su historia.

La búsqueda en tiempo récord de soluciones a los diferentes cuadros clínicos de los afectados por el virus, fue el objetivo fundamental en cada profesional de la salud que se enfrentó a tan disimiles situaciones. Las combinaciones de tratamientos, la asociación de terapias diferentes, la búsqueda de esperanzas en medicamentos aún en ensayos clínicos, entre otras variantes, fueron algunas de las acciones que los científicos pusieron en práctica ante la difícil situación.

La COVID-19 hizo que se entendiera la necesidad de la colaboración científica, sin tener en cuenta diferencias sociales, políticas, ni económicas. Se trabajó de forma acelerada, casi sobre la marcha, en la búsqueda de vacunas capaces de proteger a las personas de complicaciones graves y la muerte, como objetivo fundamental.

Pocos países en condiciones de desarrollar estas vacunas, las pusieron a disposición del resto de la población mundial. Cuba, país sin grandes posibilidades económicas, pero con suficiente potencial moral, desarrolló sus candidatos vacunales, que lograron disminuir sustancialmente la morbimortalidad en ese momento, y las ofreció al mundo.

La pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus doblegó economías fuertes, socavó sistemas de salud supuestamente desarrollados, segó vidas, diezmó familias, y cubrió a los países con un manto de incertidumbre que sólo las vacunaciones masivas mitigaron. Pero lo cierto es que no sólo la vacunación será la solución.

Si bien el personal de salud es el principal responsable de salvaguardar la vida de todos, también es esencial aumentar la percepción de riesgo en la población. El autocuidado, con la adecuada información brindada por los diferentes niveles de atención de salud, tiene un mayor protagonismo en el control de enfermedades transmisibles y no transmisibles. El cumplimiento de las medidas higiénico epidemiológicas emitidas por los gobiernos, ministerios y organizaciones de salud, debe ser obligatorio si se quiere alcanzar un verdadero control de la enfermedad.

Una arista poco abordada es la relacionada con la convalecencia posCOVID-19. Las posibles secuelas que refieren los afectados han de ser seguidas y evaluadas de forma sistemática. No se sabe las consecuencias sobre los nacidos de madres que sufrieron la COVID-19 durante su embarazo, tras los próximos años de vida; hasta qué punto pueden ser graves las afectaciones en los diferentes sistemas de órganos. Entre otras, estas serán situaciones problemáticas a esclarecer en el futuro.

La acción temprana encaminada a evitar discapacidades en las personas, es vital para lograr su reincorporación social lo antes posible. Sin duda, la capacitación del personal del nivel primario de salud será pilar decisivo en esta etapa de recuperación.

Se habrá de prestar atención diferenciada precisamente al personal de salud que sufrió la enfermedad. A criterio de los autores, deberán tenerse en cuenta estrategias de atención a todos los sanitarios, aunque no se demuestre que padecieron la COVID-19. Los vinculados a la atención directa de los pacientes presentaron síntomas de cansancio ante la fuerte rutina diaria que hubieron de poner en práctica. El temor por sus vidas, y la de sus familiares, influyó significativamente; aunque se piense que los trabajadores de la salud están acostumbrados a convivir con la muerte, es un golpe directo a su estabilidad psicológica.

La investigación direccionada a un protocolo de tratamiento para los convalecientes de COVID-19, es una temática a desarrollar por los actores de las diferentes especialidades médicas. La intersectorialidad y la interdisciplinariedad son premisas fundamentales para lograr esta meta. Las voluntades política y gubernamental tendrán que integrarse igualmente a esta labor, junto al accionar de la población.

Si bien se ha logrado un relativo control de la COVID-19, no se deben olvidar otras tantas enfermedades con características similares de propagación, que afectan la salud de la población, como el dengue. Por ello, se necesita la participación mancomunada de todos en el control de estas afecciones.

Las pandemias son un flagelo para la integridad de la salud humana; la mayoría revisten formas graves y tienen tendencia a permanecer. La población y el sistema de salud, tendrán que prepararse para esta realidad. La actualización constante de los profesionales de la salud, es una prioridad para enfrentar estas enfermedades, y la prevención siempre será una de las mayores armas con que contar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Núñez-Gómez NA. La vacunación contra el SARS-CoV-2 (COVID-19): un debate entre la salubridad, la política y el comportamiento en salud. MediCiego [Internet]. 2022 [citado 6 Ago 2022];28(1):e3414. Disponible en: https://revmediciego.sld.cu/index.php/mediciego/article/download/3414/3765
  2. Pardo-Torres MP. Nuevos retos y responsabilidades de los profesionales de la salud ante la pandemia de COVID-19. MediCiego [Internet]. 2022 [citado 6 Ago 2022];28(1):e3389. Disponible en: https://revmediciego.sld.cu/index.php/mediciego/article/download/3389/3744

Conflictos de intereses

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

Contribuciones de los autores

Juan Carlos Mirabal-Requena: conceptualización, recursos y redacción del borrador original.

Belkis Álvarez-Escobar: redacción, revisión y edición.

Yanara Oviedo-Cornelio: redacción, revisión y edición.

Financiación

Dirección Provincial de Salud de Sancti Spíritus. Sancti Spíritus, Cuba.