POLICLÍNICO UNIVERSITARIO ÁREA NORTE
CIEGO DE ÁVILA

Bioseguridad en tuberculosis

Biosafety in tuberculosis

Milena Hidalgo ÁvilaI, Yonaisy Vega LorenzoII, Francisco Emeterio Aparicio ÁlvarezIII, Frank Yaniel Martínez LorenzoIV, Milda Carvajal PérezV, Yamila Caraballo BerríoVI.


RESUMEN
Introducción: los trabajadores de la salud que manipulan agentes infecciosos o materiales potencialmente infectados deben conocer los posibles riesgos y ser expertos en las prácticas y técnicas de manipulación seguras de dichos materiales. Entre los agentes infecciosos más comunes se encuentra el Mycobacterium tuberculosis, bacteria que generalmente afecta los pulmones; esta infección es curable y se puede prevenir con las medidas de bioseguridad establecidas.
Objetivo: caracterizar las medidas de bioseguridad para la prevención de la tuberculosis, en forma resumida y estructurada, como un material de consulta para los colaboradores de la Misión Médica Cubana.
Método: se revisó la bibliografía sobre el tema, correspondiente a los últimos cinco años, disponible en fuentes de información de organismos internacionales, así como en bases de datos y colecciones de Internet (Dynamed, LILACS, Medline, SciELO Cuba, CUMED, ClinicalKey, Springer, EBSCO, entre otras), en español e inglés; para la búsqueda se emplearon los términos: "bioseguridad", "tuberculosis", "tuberculosis y exposición a agentes biológicos". A partir de los artículos seleccionados se elaboró una reseña actualizada.
Conclusiones: la exposición ocupacional a las infecciones es un serio problema; debido a la naturaleza de su labor, los trabajadores de la salud son considerados de alto riesgo para el contagio de infecciones como la tuberculosis. En la prevención de la transmisión nosocomial de la tuberculosis son esenciales el cumplimiento de las medidas de bioseguridad establecidas para su agente infeccioso, el control periódico del estado de salud de los trabajadores con riesgo ocupacional y la capacitación sanitaria del personal de salud en general.
Palabras clave: TUBERCULOSIS/epidemiología, EXPOSICIÓN A AGENTES BIOLÓGICOS, SALUD LABORAL, LITERATURA DE REVISIÓN COMO ASUNTO.

ABSTRACT
Introduction: health workers who handle infectious agents or potentially infected materials must be aware of the potential risks and be experts in the practices and techniques of safe handling of such materials. Among the most common infectious agents is included the Mycobacterium tuberculosis, bacteria that usually affects the lungs; this infection is curable and can be prevented with established biosecurity measures.
Objective: to characterize the biosecurity measures for the prevention of tuberculosis, in summary and structured form, as a reference material for the collaborators of the Cuban Medical Mission.
Method: the literature on the subject, corresponding to the past five years and available in sources of information from international organizations, as well as databases and Internet collections (Dynamed, LILACS, Medline, SciELO Cuba, CUMED, ClinicalKey, Springer, EBSCO, etc.), in Spanish and English, was revised; for searching were used the terms "biosafety", "tuberculosis", "tuberculosis and exposure to biological agents". From the selected items was prepared an updated review.
Conclusions: occupational exposure to infection is a serious problem; because of the nature of their work, health workers are considered with high risk for the spread of infections such as tuberculosis. In the prevention of nosocomial transmission of tuberculosis are essentials the fulfillment of the established biosafety measures for its infectious agent, the regular monitoring of workers health with occupational risk and the health training of health personnel in general.
Keywords: TUBERCULOSIS/epidemiology, EXPOSURE TO BIOLOGICAL AGENTS, OCCUPATIONAL HEALTH, REVIEW LITERATURE AS TOPIC.


  1. Máster en Atención Integral al Niño. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesor Asistente. Policlínico Universitario Área Norte. Ciego de Ávila, Cuba.
  2. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesor Asistente. Policlínico Universitario Área Norte. Ciego de Ávila, Cuba.
  3. Especialista de I Grado en Medicina Interna. Profesor Asistente. Policlínico Universitario Área Norte. Ciego de Ávila, Cuba.
  4. Máster en Atención Integral al Niño. Especialista de I Grado en Cirugía General. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesor Asistente. Hospital Provincial General Docente "Dr. Antonio Luaces Iraola". Ciego de Ávila, Cuba.
  5. Máster en Atención Integral al Niño. Especialista de I Grado en Pediatría. Profesor Asistente. Policlínico Docente Área Centro "Antonio Maceo Grajales". Ciego de Ávila, Cuba.
  6. Especialista de I Grado en Neumología. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesor Instructor. Hospital Provincial General Docente "Dr. Antonio Luaces Iraola". Ciego de Ávila, Cuba.

INTRODUCCIÓN
La seguridad biológica es un conjunto de medidas científico-organizativas de naturaleza tanto humana como técnico-ingeniera y física, que tiene como objetivo proteger a los trabajadores de las instalaciones en las que se manipulan agentes infecciosos, a la comunidad circundante y al medio ambiente de los riesgos que entraña el trabajo con agentes biológicos o la liberación de organismos exóticos o modificados genéticamente, disminuir al mínimo los efectos que se puedan presentar y eliminar con prontitud sus posibles consecuencias en caso de contaminación, efectos adversos, escapes o pérdidas(1).

Los trabajadores de la salud que manipulan agentes infecciosos o materiales potencialmente infectados deben conocer los posibles riesgos y ser expertos en las prácticas y técnicas de manipulación seguras de dichos materiales(2). Entre los agentes infecciosos más comunes se encuentra el Mycobacterium tuberculosis, bacteria que generalmente afecta los pulmones; esta infección es curable y se puede prevenir con las medidas de bioseguridad establecidas(3).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su declaración del 24 de marzo de 2015 con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, llamó a incrementar las acciones de lucha contra la enfermedad y pidió mayores esfuerzos en este sentido a los gobiernos al expresar "está claro que todos hemos de hacer algo más"(4).

El conocimiento y la aplicación estricta de los protocolos de bioseguridad son determinantes en todas las situaciones y lugares; por ello los autores del presente trabajo se propusieron caracterizar las medidas de bioseguridad para la prevención de la tuberculosis, en forma resumida y estructurada, como un material de consulta para los colaboradores de la Misión Médica Cubana, especialmente útil para aquellos que se encuentran en el continente africano, donde se concibió la idea de una actualización sobre el tema a partir de su importancia.

MÉTODO
Se revisó la bibliografía sobre el tema, correspondiente a los últimos cinco años, disponible en fuentes de información de organismos internacionales, así como en bases de datos y colecciones de Internet (Dynamed, LILACS, Medline, SciELO Cuba, CUMED, ClinicalKey, Springer, EBSCO, entre otras), en español e inglés; para la búsqueda se emplearon los términos: "bioseguridad", "tuberculosis", "tuberculosis y exposición a agentes biológicos". A partir de los artículos seleccionados se elaboró una reseña actualizada.

DESARROLLO
Según las estadísticas de la OMS correspondientes al año 2015, aunque la tuberculosis está presente en todo el mundo, el grupo de 22 países denominados de "alta carga" representa más del 80 % de la carga de tuberculosis (TB) en el mundo; algunos de estos países mantienen misiones de colaboración médica cubana, entre ellos Brasil, República Democrática del Congo, Etiopía, Kenia, Mozambique, Nigeria, Sudáfrica, Uganda, República Unida de Tanzania, Zimbabwe, Pakistán, China, Indonesia, Filipinas y Tailandia(5).

Incidencia y prevalencia
Según estimados de la OMS, anualmente enferman de tuberculosis nueve millones de personas, de las que un millón y medio fallecen. En los Estados Unidos de América durante el año 2013 se reportaron 9 582 casos de tuberculosis a los centros para el control y prevención de enfermedades (CDC) de los 50 estados y el Distrito Columbia. Ese mismo año las tasas de incidencia de tuberculosis por cada 100 000 habitantes fueron de cinco casos en la población hispana, 5,4 casos en la negra, 18,7 casos en la asiática y 0,7 casos en la blanca; por grupos de edades el comportamiento fue de 0,8 casos en niños menores de 14 años frente a 4,9 en adultos mayores de 65 años; mientras que de acuerdo al origen étnico se presentaron 1,2 casos en personas nacidas en Estados Unidos y 15,6 en personas de origen extranjero (estas últimas representaron 65 % del total de casos en la nación)(6).

Factores de riesgo
Los factores de riesgo para desarrollar la tuberculosis son varios; algunos se relacionan directamente con la bioseguridad. En este sentido es esencial tener en cuenta las personas recientemente infectadas con Mycobacterium tuberculosis, o que han tenido contacto cercano con enfermos de TB(3), así como aquellas que trabajan en centros o instituciones de salud.

Las personas que han tenido contacto con enfermos de TB pulmonar –tanto con baciloscopia positiva como con la enfermedad cavitaria en la radiografía de tórax– presentan mayor riesgo de infección, según demuestra un estudio de cohorte retrospectivo que evaluó 3 824 contactos de 349 pacientes con TB pulmonar; en el cribado se detectó que 55 % de los contactos presentaban tuberculosis y, de ellos, en 18 % de los casos las baciloscopias resultaron positivas y se evidenció la enfermedad cavitaria en las radiografías de tórax(6).

Trasmisión aérea de la tuberculosis
La TB es el ejemplo clásico de una enfermedad que se transmite por el aire; la transmisión se produce cuando un enfermo con TB pulmonar elimina con la tos partículas que pueden ser inhaladas por un huésped sensible.

Las partículas aerosolizadas se denominan microgotas (droplets), y fueron descritas por Wells en 1934; tienen un diámetro mayor de 5 µ y se depositan rápidamente sobre la piel, la ropa y diferentes superficies. Los residuos de microgotas evaporadas (droplets nuclei) son de menor tamaño y contienen menos organismos viables (se estima que entre uno y tres bacilos). Generalmente los casos con formas cavitarias de TB resultan positivos en las muestras de esputo (presencia de bacilos); en cuanto a capacidad de infección, las formas laríngeas también son altamente infecciosas y el contacto por breve tiempo con pacientes de TB genera tasas elevadas de infección; estos pacientes –denominados "diseminadores"– se comportan como peligrosas fuentes de contagio, si bien no todos los que presentan esputos positivos son diseminadores en la misma magnitud(7).

Tuberculosis como riesgo ocupacional Los trabajadores sanitarios (TS), debido a la naturaleza de las labores que desempeñan, tienen riesgo aumentado para la adquisición de numerosas enfermedades ocupacionales, desde un resfriado común hasta enfermedades graves como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Aunque en la era pre-antobiótica el riesgo de transmisión de TB en los TS fue un problema de consideración, declinó hacia 1950 debido a la disminución de la incidencia de la enfermedad por la aparición de medicamentos eficaces para curarla; consecuentemente, disminuyeron los esfuerzos dedicados a la implementación y cumplimiento de las medidas de control. Estos cambios resultaron en la "relajación" de las prácticas de control de la infección en los hospitales(8), sin embargo es definitivo que el personal de salud está expuesto y se enferma de TB.

Existen evidencian suficientes para declarar a la tuberculosis como enfermedad ocupacional de diversos profesionales, especialmente de los trabajadores de la salud(9). A este respecto vale mencionar el estudio desarrollado en los años 2008 a 2009 en el Hospital Universitario Neumológico Benéfico Jurídico de La Habana, centro con alto riesgo de infección por Mycobacterium tuberculosis para sus trabajadores, en el que el personal estaba expuesto a un riesgo potencial de enfermar de tuberculosis en la mayoría de sus áreas; las medidas de control de la infección eran casi inexistentes e ineficaces, lo que facilitaba la transmisión del Mycobacterium tuberculosis; no se cumplía la premisa de que en los entornos de asistencia sanitaria se deben evaluar periódicamente las medidas de protección del personal (tanto administrativas como ambientales), y de prevención y control de la infección(10).

Un programa efectivo de control de la TB requiere la identificación temprana, el aislamiento y tratamiento efectivo de los pacientes con TB activa(7,10). Sin dudas, la tuberculosis debe ser analizada como un riesgo ocupacional de los trabajadores de la salud debido a la mayor vulnerabilidad de exposición que éstos presentan de acuerdo a las condiciones concretas de trabajo en comparación con la población en general(11).

Factores que facilitan la transmisión nosocomial de TB

A pesar de que las normas de bioseguridad contenidas en la estrategia nacional cubana de prevención y control de la tuberculosis son estrictas, los aumentos recientes de las tasas de tuberculosis entre el personal de salud así como brotes hospitalarios de tuberculosis con farmacorresistencia múltiple, han generado inquietudes mayores sobre el riesgo de transmisión del Mycobacterium tuberculosis en centros asistenciales (transmisión nosocomial)(11,12).

La transmisión nosocomial es motivo claro de preocupación, puesto que afecta no sólo a otros pacientes sino también al personal sanitario(13). Los trabajadores de la salud constituyen un recurso valioso y, a menudo, escaso; su pericia no se puede reemplazar fácilmente, por lo que se requiere un serio compromiso para reducir el riesgo de transmisión nosocomial del Mycobacterium tuberculosis al personal de salud, de modo que se garantice su protección contra la exposición indebida y la infección, enfermedad, discapacidad y muerte subsecuentes(14).

Personal con mayor riesgo en la transmisión de tuberculosis nosocomial

En un estudio realizado en un área de salud del municipio Ciego de Ávila predominó el factor de riesgo "contactos de tuberculosis con baciloscopia positiva" con una razón de prevalencia de 0,7 (resultado estadísticamente significativo para la probabilidad de contraer la enfermedad); de los grupos de pacientes de riesgo estudiados, presentaron tuberculosis los contactos directos de los enfermos, los exreclusos y las personas que vivían en condiciones de hacinamiento; éstos, a su vez, fueron los más propensos a enfermar en un período de dos años(15).

Debido a la frecuente exposición al agente causal de la TB por el contacto frecuente con pacientes infectados, los trabajadores de la salud en general son considerados de alto riesgo para el contagio de esta enfermedad. Los resultados de un estudio llevado a cabo entre el personal sanitario en Bogotá revelaron que de 54 casos de tuberculosis en trabajadores de la salud, la mayoría correspondieron a médicos y auxiliares de enfermería; sus autores destacan la necesidad de generar investigaciones en los diferentes contextos y temáticas relacionadas con la exposición laboral a la tuberculosis en el sector de la salud, por cuanto ésta es una problemática de graves repercusiones(17).

Llerena y cols. refieren que se debe vigilar la resistencia en este grupo de riesgo mediante el diagnóstico por baciloscopia, cultivo y pruebas de sensibilidad a los fármacos, e incluir dentro de los lineamientos del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis la realización de pruebas rápidas de diagnóstico avaladas por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en especial por la presencia de la enfermedad en la población joven y la existencia de resistencia en profesionales de la salud(17).

Prestar atención a las medidas de bioseguridad establecidas durante el contacto entre pacientes y profesionales de la salud es la base de la protección de unos y otros; por otra parte, el diagnóstico oportuno de la tuberculosis posibilita mejores pronósticos de los pacientes y es el pilar fundamental en el control de la transmisión, de ahí la importancia de la realización de pruebas de diagnóstico rápidas y sensibles(18,19).

Categorización de los centros según riesgo de infección